viernes, 4 de diciembre de 2009

ACTITUD ANTE LOS EXÁMENES


Es evidente que la actitud adecuada en el momento del examen debe ser enseñada con anterioridad por los profesores. La única razón de ser de los exámenes de Kyu o de dan en Aikido es la de poder apreciar uno mismo la medida de nuestros progresos técnicos a la vez que del nivel mental adquirido en un arte donde no existe la competición.
Lo verdaderamente importante es poder manifestar enteramente los resultados de la propia práctica cotidiana, en el sentido de la unidad del Ki, del corazón (kokoro), del cuerpo y de la técnica. En el momento del examen, las técnicas se encadenan con rapidez, precisión y potencia: la potencia del cuerpo debe expresarse sin interrupción, tanto en resistencia como en capacidad de sufrimiento. La calma y lo intrépido del corazón deben animar una ejecución técnica de una precisión meticulosa. Sin miedo, sin vacilación, sin altanería, cada gesto debe efectuarse en la total unión del cuerpo y del espíritu. Es bueno, con esta perspectiva, orientar la práctica cotidiana hacia esta unión total, lo que permitirá en el momento del examen, sin cambio alguno con respecto al ejercicio ordinario, estar distendido, relajado y guardar el gesto amplio sin dejarse distraer por nada en absoluto. Hay que permanecer libre.

Si habéis sabido expresar los resultados de vuestra práctica diaria de forma plena y entera, aunque suspendáis debéis consideraros satisfechos. Habiendo pasado un examen con brillantez, si no habéis satisfecho esas condiciones de las que sois la última instancia, el único juez, no os enorgulleceréis de ello. Suspender y echar la responsabilidad sobre el tribunal os sitúa en el más bajo nivel.

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